Oración del pobre, cuando estuviere angustiado, y delante de Jehová derramare su lamento.
1JEHOVÁ, oye mi oración,
Y venga mi clamor á ti.
2No escondas de mí tu rostro: en el día de mi angustia
Inclina á mí tu oído;
El día que te invocare, apresúrate á responderme.
3Porque mis días se han consumido como humo;
Y mis huesos cual tizón están quemados.
4Mi corazón fué herido, y secóse como la hierba;
Por lo cual me olvidé de comer mi pan.
5Por la voz de mi gemido
Mis huesos se han pegado á mi carne.
6Soy semejante al pelícano del desierto;
Soy como el buho de las soledades.
7Velo, y soy
Como el pájaro solitario sobre el tejado.
8Cada día me afrentan mis enemigos;
Los que se enfurecen contra mí, hanse contra mí conjurado.
9Por lo que como la ceniza á manera de pan,
Y mi bebida mezclo con lloro,
10A causa de tu enojo y de tu ira;
Pues me alzaste, y me has arrojado.
11Mis días son como la sombra que se va;
Y heme secado como la hierba.
12Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre,
Y tu memoria para generación y generación.
13Tú levantándote, tendrás misericordia de Sión;
Porque el tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo es llegado.
14Porque tus siervos aman sus piedras,
Y del polvo de ella tienen compasión.
15Entonces temerán las gentes el nombre de Jehová,
Y todos los reyes de la tierra tu gloria;
16Por cuanto Jehová habrá edificado á Sión,
Y en su gloria será visto;
17Habrá mirado á la oración de los solitarios,
Y no habrá desechado el ruego de ellos.
18Escribirse ha esto para la generación venidera:
Y el pueblo que se criará, alabará á JAH.
19Porque miró de lo alto de su santuario;
Jehová miró de los cielos á la tierra,
20Para oir el gemido de los presos,
Para soltar á los sentenciados á muerte;
21Porque cuenten en Sión el nombre de Jehová,
Y su alabanza en Jerusalem,
22Cuando los pueblos se congregaren en uno,
Y los reinos, para servir á Jehová.
1 “Bendice, alma mía,
2 á Jehová.”
23El afligió mi fuerza en el camino;
Acortó mis días.
24Dije: Dios mío, no me cortes en el medio de mis días:
Por generación de generaciones son tus años.
25Tú fundaste la tierra antiguamente,
Y los cielos son obra de tus manos.
26Ellos perecerán, y tú permanecerás;
Y todos ellos como un vestido se envejecerán;
Como una ropa de vestir los mudarás, y serán mudados:
27Mas tú eres el mismo,
Y tus años no se acabarán.
28Los hijos de tus siervos habitarán,
Y su simiente será afirmada delante de ti.